Un afectuoso saludo estimados seguidores y lectores de este
humilde blog de pueblo.
Si algo bueno tiene el ir perpetuándose dentro de la nube
digital es que cuando se repite una actividad, como en este caso sucede con la
Tradicional Subida al Pueyo, pues con poner el mismo título cambiando el año ya
tienes hecha una de las partes más difíciles de toda entrada, que es encontrar
ese título impactante y atrayente que mueve a la lectura voraz y desaforada del
blog. Si además te explayas con explicaciones justificativas que eviten pensar
a los lectores que repetir título es una excusa como otra cualquiera para no
devanarse los sesos pues mejor que mejor porque te llevas media entrada por
delante y aún no has entrado en materia.
Así las cosas este Lunes día 7 en la sede del Club Atletismo
Barbastro nos juntamos parte del grupo de corredores que alegre y
distendidamente pensábamos encaminarnos hacia el Monasterio del Pueyo para
cumplir con la tradicional tradición del Club de subir a dicho monasterio el
primer domingo del año. Como en estas señaladas fechas los festivos navideños
se encabalgan con los festivos ordinarios, es harto común que el día de la
subida salte de un domingo a otro, o como en el caso de este año, se pasase del
domingo al lunes por coincidir con la fiesta de la Epifanía del Señor, el día
de Reyes en román paladino. Estos cambios no influyen en el ánimo de los
corredores, más bien al contrario me atrevería a apuntar, porque el número de
participantes crece de manera exponencial edición tras edición.
Tras esperar al maleducado de turno que siempre llega tarde
para acaparar la atención del grupo, enfilamos hasta la cruceta a recoger al
resto de corredores con los que iniciar de manera oficial la Subida al Pueyo
2013.
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En pleno ascenso bajo el frío Sol de invierno |
Con un ritmo sosegado encaramos las rampas que conforman el
camino al Pueyo, este invierno tapizadas de blanco por las heladas nocturnas y
bajo un frío pero agradable sol. El grupo se mantuvo compacto prácticamente
todo el recorrido excepto el último tramo asfaltado en que la dificultad del ascenso
nos puso en fila india de manera inevitable.
Una vez arriba intercambiamos saludos con otros compañeros
que prudentemente habían salido un poco antes para poder subir más tranquilos.
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Comentando las vicisitudes de la subida |
Después Paco Ornitorrinco Jordán puso todo su saber y su
experiencia como inmortalizador de encuentros amistosos y nos retrató para la posteridad.
Ya hubo quién me preguntó si esta sería la postal del Club
para la próxima Navidad y si también le pondría nieve. Evité pronunciarme sobre
algo que todavía dista mucho en el tiempo y elegantemente cambié de tema.
La bajada fue más de lo mismo: ritmo tranquilo, risas y
buena conversación. Alguno sorprendentemente apretaba el ritmo de manera
inusual a como lo conocemos a diario, pero unos huevos fritos con panceta
esperando en el plato son suficiente motivo para acelerar como un Sputnik.
Al llegar a la Cruceta despedidas y propósitos de Año Nuevo
de seguir entrenando y luego cada uno para su casa y unos cuantos a almorzar de
gusto los anteriormente nombrados huevos fritos con panceta.
Y esta ha sido, afectuosos lectores, mi particular visión de la Tradicional Subida al
Pueyo 2013. Espero que alguno de los participantes quiera seguir compartiendo
salidas con La vieja Guardia, que venimos haciéndolo desde la sede del Club todos
los domingos y festivos a las 9:00 de la mañana.
Hasta pronto amigos.
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Foto oficial. Paco se ha tomado alguna licencia, pero bueno, para eso es el fotógrafo |