jueves, 16 de febrero de 2012

CRONICAS ONIRICAS

Resulta que estaba el sábado en la capital de nuestra comunidad autónoma pasando un entrañable y familiar “día de compras en la ciudad” dentro de uno de esos afamados macrocentros comerciales, cuando al final de la tarde y habiendo efectuado todas las compras previstas, y varias imprevistas, nos disponíamos a buscar nuestro vehículo para emprender el camino de vuelta a casa. Bajamos por unas cómodas escaleras mecánicas hasta la planta calle, paso obligado porque teníamos el coche estacionado en el segundo sótano, sector naranja, puerta central, cuando como de soslayo vi la tienda de cámaras fotográficas. Era pequeñita y estaba situada entre una panadería-cafetería-burguer y una tienda de chucherías, sin embargo resplandecía como si tuviera vida propia. Me extrañó que al entrar al centro comercial por esta misma puerta no hubiera reparado en ella, siendo que llevo tiempo buscando una cámara digital. Le pedí a la familia un último esfuerzo consumista, el único en todo el día dedicado a mí, y nos dirigimos hacia la tienda. El dependiente, un tipo de una edad indefinida, de aspecto joven pero a la vez emanando gran experiencia vital, clavo sus ojos en los míos y con una profunda voz surgida del fondo de sus pulmones sentenció: -“Tengo lo que buscas”-
Yo me acongojé un poco, la verdad, por la voz, por la mirada y porque parecía que me leyera el pensamiento.
Este es el dependiente, cuando habla asusta más.
Mi mujer, que también me lee el pensamiento susurró a mi oído: -“No te pienses que te vas a gastar un dineral, si no tiene ofertas, nos vamos.”
-“No te preocupes, mujer, que tu marido saldrá satisfecho por muy poco dinero.” Replicó él con su potente vozarrón.
La cámara es una pasada de bonita.
Que tío, vaya profesional, la había oído y eso que estaba agachado y vuelto de espaldas buscando la cámara que me quería vender. Se levantó, se volvió y me la mostró. Qué cámara más bonita, con el tamaño justo para llevarla corriendo en la mano, con un peso ligerísimo, con un color rojo intenso que la hacía destacar sobre cualquier otra, con su marca desconocida –eso da igual-, con sus 666,1 mega píxeles, con sus...un momento, ¿666,1 mega píxeles, esto que es?
-“Esta máquina es tan potente que fotografía el futuro”- Dijo el vendedor mirándome fijamente a los ojos para ver si dudaba de su palabra, que no dudé.
-“Pues si es tan potente seguro que cuesta un riñón”- Intervino mi mujer para hacer que desviara su mirada hacia ella, ya que a mí me empezaban a quemar las tripas.
-“Se hicieron 666 unidades, a 66,6 euros la unidad. Se han vendido 665 y sólo queda esta que te la dejo a 33,3 euros, la mitad de precio. ¿La quieres probar?-
Qué fijación con el 666, como si no hubiera más números. Claro que la probé, salí a la puerta y disparé fotos con flash, sin flash, al techo, al suelo, al dependiente y todas las que me parecieron bien. En la pantalla de la cámara se veían muy bien y además las pasamos al ordenador de la tienda y aún se veían mejor, así que convencidos mi mujer y yo decidimos comprarla. Mientras ella sacaba el dinero y él guardaba la cámara en su funda me dijo: -“Para hacer fotos del futuro sólo tienes que pensar en la persona que quieres fotografiar y disparar con el objetivo tapado”- Lo dijo con su voz y volumen habitual, pero la mujer no lo oyó y es que el tío no movió los labios, sólo me miraba fijo y sin pestañear. Qué miedo.
Salimos de la tienda, yo con la espalda mojada en sudor frío, y mientras bajábamos por las escaleras mecánicas hacia el sótano 2, saqué la cámara y me dije: -¿Y si el dependiente tuviera razón?- Así que me concentré en la Junta del Club, con Presi Torres a la cabeza, y disparé...¡Menuda foto salió! Presi de Leónidas y los miembros de la Junta en los que había pensado como sus guerreros.
Leónidas-Presi Torres y sus fieles guerreros.
Otra, otra. Ahora voy a pensar en Rafa y Agus, a ver cómo acaban esta temporada después de tanto entrenar...¡Míralos, de portada del Vanity fair!
Ya sabía que estos dos acabarían así con lo que entrenan.
Pues no quiero ser menos, ahora a ver cómo estaré yo...¡Eh! ¿Pero esto que es? Que salgo de portada del Men,s Health pero con sobrepeso. 
Más vale que corra si no quiero que esto sea verdad.
Yo no quiero acabar así, esta cámara me da miedo, la voy a devolver. Dejo a la familia en el coche y subo a toda velocidad; la de las escaleras mecánicas, que después de estar todo el día pateando tiendas tengo las piernas como maderos. Llego a la planta calle y enfilo hacia la tienda pero no está donde estaba, allí solo hay un trozo de muro pintado, eso sí con mucho gusto y siguiendo la estética del centro comercial. Entonces pregunto en la tienda de chucherías y me dice la chica que atiende que hace 66 días, otra vez el 6 dichoso, que cerró el último negocio, que era una tienda de cosas esotéricas y paranormales. Ay, ay, ay, que mala espina me da esto, que quiero devolver la cámara y no puedo. Miro hacia las plantas superiores por si veo al vendedor y nada, y voy notando que la cámara me pesa cada vez más, la tengo en la mano y noto que me quema y me pesa y me asusto y...¡me despierto!
Todo ha sido una pesadilla, estoy en el sofá echando la siesta y la mano me quema porque la he apoyado sobre el radiador. Menuda tranquilidad., no hay cámara ni vendedor ni tienda fantasma. Eso sí, voy a tener que dejar de tomar el té de cañamones que le compré el día de la Candelera a ese vendedor tan nervioso que no hacía más que mirar a todos los lados y que se marchó corriendo en cuanto le pagué.
Hasta pronto amigos.
P.D. Si todo ha sido un sueño, ¿De dónde he sacado las 6 fotos? 

Una mirada que lo dice todo.




5 comentarios:

  1. Real como la vida misma.
    ¡Joder, quarterback que peligro tienes!
    Mi mujer se acaba de aficionar a tu blog, dice que es mucho mejor que el mío.
    Creo que a Rafa le va a pasar lo mismo.

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  2. Antes de ir a la cama esta noche le enseñaré esta foto mia (tapando la de AGUS) a mi mujer y después apagaré la luz......jajaja. ¡¡ ME HA ENCANTADO !!....A mi me falta un poco AGUS para llegar así....¿y a ti?

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  3. jajaja peligrosisimo... mandasela al Cruzado

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  4. La moraleja del cuento es que tenemos el futuro en nuestras piernas...los corredores...eso no suena muy bien.
    Lo que quiero decir es que cuando la cosa se pone dura hay que seguir empujando...esto suena peor...
    En fin, que cada palo aguante su vela que no van a venir a sujetárnosla...lo estoy arreglando...
    Oye, que gracias por leerme y abrazos a tod@s.

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