Las zapatillas son el objeto de deseo de todo corredor |
Todo blog que se precie y tenga como principal tema el correr debe dedicar una entrada a las zapatillas. Porque sin duda, si hay una prenda que pueda considerarse una prolongación del cuerpo del corredor, esa es la zapatilla, o en su versión plural, por los dos pies, las zapatillas.
Pero no nos engañemos, las zapatillas tal y como las conocemos ahora son un invento relativamente moderno. Cuando yo era niño no existían las zapatillas, había una versión con nombre de reminiscencias árabes que eran las alpargatas. Las alpargatas eran de lona con suela de goma, y todo hace pensar que descendían directamente de la albarca o abarca, que de ambas formas recoge el término el diccionario.
Las abarcas, el eslabón perdido de la evolucíón alpargatística. |
Las alpargatas tenían la peculiaridad de que fueron las precursoras de algo tan común hoy día como es la caducidad; porque tenían fecha de caducidad, aunque no la llevaran escrita encima. Las alpargatas duraban un verano. Te las compraba tu madre cuando cogías las vacaciones de verano y las tirabas destrozadas, después de un estío machacándolas sin piedad, poco antes de empezar la escuela. Cuando escribo “destrozadas” no exagero un ápice y podría haber añadido “inservibles”, porque el destino de las alpargatas al final del verano era el vertedero. Y es que, a diferencia de lo que sucede ahora de que para cada deporte usamos un calzado deportivo específico, antes las alpargatas se usaban para todos los deportes menos para la natación, que para eso estaban las sandalias de goma, que ya llegaremos.
¡Cuántos veranos compartidos! |
Como iba diciendo, el uso multidisciplinar de este calzado, sumado a su más que asequible precio, lo hacían el ideal para aquellos veranos en que pasábamos el mayor tiempo posible jugando en la calle. Su escaso peso, la amortiguación de la suela y la transpirabilidad de la lona las convertían en idóneas para la carrera. El refuerzo de goma en la puntera ayudaba a los futboleros a no agujerearlas antes de tiempo y el dibujo geométrico de la suela se agarraba a cualquier superficie, aunque hay que señalar que en aquellos tiempos la tierra le ganaba al asfalto. Yo recuerdo que en la alpargatería de mi barrio había dos modelos de distinta marca aunque muy parecidos. Uno tenía la punta más redondeada y los laterales más rectos, más al estilo Converse, y era de la marca Tao. El otro tenía una forma más angulosa, se adaptaba más a la forma del pie y era de la marca La tórtola. Ni que decir tiene que la elección de uno u otro modelo lo hacía la madre en función de la oferta, siempre la más barata, o en función de ajuste, siempre un poco más grande por si crecía el pie durante el verano, no hubiera que comprar otras.
Con el tiempo aparecieron las tobilleras, pero esas “sólo” las usaban los que jugaban a baloncesto, y si no lo practicabas era un gasto insustancial.
Tobilleras de jugador de baloncesto. |
Las primeras bambas eran siempre blancas |
La versión femenina de las alpargatas eran las bambas. Eran un poco más sencillas y no tenían refuerzo en la puntera, para dejar clara la condición de sexo débil de sus dueñas. En los tiempos actuales tanto las alpargatas como las bambas son unisex pero antes las diferencias estaban muy marcadas y ningún niño llevaría bambas ni ninguna niña alpargatas.
Antes he nombrado las sandalias de goma, que a diferencia de bambas y alpargatas sí que eran unisex. Este calzado también veraniego se utilizaba porque las piscinas eran unos recintos reservados a unos pocos y que la mayoría de la población sólo veía en el cine, distracción ésta mucho más popular que ahora, aprovecho para decir. Entonces, en la época anterior a la llegada del hombre a la Luna, las maneras habituales de aplacar los rigores de la canícula eran sumergirse en ríos, balsas de riego, o duchas de agua fría al aire libre en el corral de las casas. Como es de suponer, el riesgo implícito que estas prácticas conlleva exigía de un calzado anfibio que se adecuara a cualquier circunstancia. Ahí es donde las sandalias de goma cumplieron un papel que no ha sido reconocido como es debido, según mi parecer.
Las sandalias antiguas eran color carne. |
Compartían con las alpargatas el precio asequible y la metamorfosis veraniega. Unícromas, de color carne, recién compradas se confundían con la piel si las mirabas de lejos y parecía que el portador anduviera descalzo. Con el paso del verano, el acumulamiento de sudor provocado por la nula transpiración del componente principal, y único, sumado a los restos de materia de ríos y balsas que se depositaba en los laterales y quedaba adherido gracias a ese mismo sudor les daba un tono más oscuro que se confundía de nuevo con la piel tostada por el sol. Si tu madre te decía por la mañana que ese día te pusieras las sandalias, sabías que tocaba remojón seguro, aunque fuera por la tarde después de hacer la digestión.
La imagen de los niños recién cogidas las vacaciones con las alpargatas nuevas era la viva Felicidad; bien distinta del final de Agosto, todos quemados por el sol, con los dedos de los pies asomando por los agujeros de las alpargatas y que marcaban el inicio del siguiente curso escolar. Porque durante el curso ya nadie iba con alpargatas, entonces el calzado multifunción eran los zapatos Gorila o las botas Chiruca, las de antes de lona tobillera de color marrón, no las de ahora con Gore-tex.
Pero eso es otra historia.
Ahora tantas y antes con un par pasábamos todo el verano. |
Hasta pronto amigos.
Aquellos maravillosos años... tao, gorila, chiruca...
ResponderEliminarMe ha gustado un montón esta entrada.
ResponderEliminarBueno lo pondré en mi idioma, me ha gustado un huevo.
Solo una pequeña apreciación: que a las bambas, en mi casa se denominaban maripis (nombre acojonante por cierto).
Bienvenido al mundo de los pillados del blog.
NO SE SI MARAVILLOSOS AÑOS, PERO DESDE LUEGO, MAS SENCILLOS Y MENOS SOFISTICADOS. NOSOTROS LLAMÁBAMOS "MARIPILIS" A ESAS MANOLETINAS CON CINTA ATRAVESADA EN EL EMPEINE. AL FINAL TENDREMOS QUE ACUDIR AL BLOG "A TRENDY LIFE" PARA QUE NOS ACLARE DUDAS Y CONFUSIONES.
ResponderEliminarGRACIAS POR LEERME Y SALUDOS
Buenos días,
ResponderEliminarPerdona que te escriba de forma pública pero no he encontrado otra forma de contactar contigo. Me gustaría que colaboráramos mutuamente intercambiando enlaces ya que tu blog trata de la misma temática que mi página.
Si estás interesado escríbeme a mar.gueimonderuiz@gmail.com
Un saludo,
Mar